Mujer, tú tienes el control.
La idea de que somos la parte penetrable en el sexo, muchas veces nos ofrece
la sensación de estar a la apetencia del otro, de estar a su disposición
y de obtener un papel de sumisión.
Nada más lejos, el saber controlar de nuestro cuerpo
nos convierte en un arma sagrada.
Lo que convierte una felación en un acto de desventaja, es inventado;
seguramente hemos visto la cabeza de un hombre metiéndose en la
boca de un cocodrilo, el cocodrilo está encantado,
pero cuando despierta, cierra la boca. También hay determinadas
posiciones de la pelvis
que consiguen fracturar un pene.
El ser conscientes de nuestro poder no supone que lo queramos
utilizar (siempre) sino que le da una tercera dimensión a nuestras
relaciones sexuales, agasajándonos con la erótica del poder;
nos da el control que siempre supimos que teníamos y que
nunca nos han contado.
un fantasma recorre los cimientos de la falocracia!
ResponderEliminartienes mucha razón, pero es lo que más peligroso veo.
ResponderEliminardónde puedo conocer esos movimientos decías??
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