miércoles, 16 de enero de 2013

deseo(me)


El deseo sexual de las mujeres es un tema inherente a la historia del feminismo:

Las primeras sufragistas que concebían el sexo potencialmente peligroso para las mujeres 
y gritaban NO AL SEXO,  Enma Golman que quería bailar y sentirse libre en sus relaciones
 sexuales, las americanas de los EEUU rompiendo la identificación sexualidad-reproducción, 
las españolas de los 80 que defienden que la vagina no es EL órgano sexual,
o las lesbianas madrileñas que reivindican el deseo por ellas mismas, 
tachando a las heterosexuales de colaboradoras con el enemigo.

Es muy divertido ver como a través de los años de historia feminista los discursos 
van cambiando, como se crean, se rompen, se transforman o se innovan.
..pero nada me aclara el tema del deseo sexual,
nada calma mi idea de salir al mundo desnuda...

La única diferencia monumental que se me ocurre entre el deseo sexual femenino 
y el de los machos, es que el nuestro ha sido negado y censurado a través de la historia
y hoy, de una forma algo más camuflada, sigue siendo así.

Nos han negado mi sexualidad, la masturbación, el libertinaje, 
la homosexualidad y la promiscuidad, y ha sido empleado 
para el uso y disfrute de hombretones machudos.
Follamos para daros hijos, daros placer o poneros cachondos.

Sólo se me ocurre una manera de defender nuestro deseo, 
y es haciéndolo público, sacándolo de la esfera de lo privado, 
de lo íntimo, de lo sucio. 
Compartiendo con la tierra el placer.



Yo reivindico mi deseo, mi deseo por los hombres (sin privilegios) y las mujeres, mi deseo por mi cuerpo, reivindico todas y cada una de mis masturbaciones más clandestinas en los sitios más insospechados, reivindico mi excitación sexual incontrolada y constante, y reivindico mis formas de calmarla. Reivindico el placer que me supone el sexo oral y el haber deseado ser follada desde más o menos los 8 años, reivindico mi curiosidad, mi aumento de líbido con la menstruación, mi fetichismo y mi deseo por el dolor que me conduce a dulces orgasmos. El amor por las fuertes penetraciones y por las más leves caricias. 
Reivindico mi yo animal, mi yo sexual, mi yo libre y mi yo que desea follarte.


3 comentarios:

  1. De lo mejor que he leído♥

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  2. Soy un hombre interesado en este blog en el que puedo leer opiniones sinceras y pasionales pudiendo así empatizar un poco con el sexo femenino, pero veo detalles con los cuales me siento obligado a compartir mi mas humilde opinion.

    si algo me cautiva de las mujeres es el arte que teneis. la mujer es destreza pura pasionalmente comparada con el hombre y parte de este arte es la sutileza con la que actuais.

    no hay nada que me vuelva mas loco que vuestra forma de insinuar, dando paso a la imaginacion y incitandome a cualquier locura. Parte de vuestra belleza es la no vulgaridad que teneis comparada con nosotros, el no enseñar y hacer tan publicas y transparentes vuestras ambiciones sexuales. Sinceramente es un punto que echaria mucho a faltar en una mujer.

    Todo lo que dices en el texto de hacer publico lo privado me da miedo. Donde queda el sentimiento de. liberacion en la.intimidad con quien tu escojas?

    No se si he interpretado mal vuestras palabras, pero me gustaria que se conservara esa feminidad que os hace peculiares, disintas y deseables. Os hablo desde el corazon, atentamente: Un hombre que se preocupa en como amar bien una mujer y no follaros por placer, ni para recibir hijos ni para ponernos cachondos.

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    1. Gracias por utilizar palabras con mucho amor y de forma sensible, no sabes todo lo que se aprecia. Entendemos la intimidad como una elección, no una obligación. El poder utiliza la idea de intimidad para someternos, por ejemplo: si te pegan o no llegas al orgasmo, pero eso es parte de tu intimidad, jamás vas a solucionarlo. Va un poco más por ahí, que por la erótica de la seducción. Besos!

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