En serenidad, tranquila, a veces con algo de prisa por un simple desahogo, otras no. Es algo más. Una recompensa que ofrece mi cuerpo. Una caricia, un lametón, un golpe y otra experiencia.
¿Una necesidad o una devoción?
Que importa. La masturbación se me hace imprescindible; pero nunca obligada.
Ni prohibición ni obligación dentro del sexo.
Ya hemos leido suficiente sobre consejos de conócete a ti misma, mejora tu salud sexual, investiga técnicas,... Demasiado científico, yo quiero acercarme desde mi misma .
La educación en la prevención en vez de en el simple placer, distorsiona en ocasiones la finalidad del juego: Mojarte. A veces me pregunto si las mujeres que dicen que no se masturban, cuando se excitan solas y piensan en las perversiones más intimas, no cruzan las piernas y aprietan los muslos para calmar esas necesidades y deseos.
¿Acaso eso no es masturbarse? ¿Dónde está el límite?
Nos han prohibido tocarnos, corrernos y disfrutar; pero cuando nos obligan a masturbarnos
como ellos quieren también intentan ejercer su poder.
como ellos quieren también intentan ejercer su poder.
¡La masturbación es nuestra!
El roce, frotarnos, acariciarnos (todo el cuerpo), besarnos y recorrernos, penetrarnos con un dedo, con dos, con todos los objetos, por el culo, por el coño, en los pechos, ducharnos y follarnos, viendo porno, o no viendo nada, con dildo o sin dildo, sola o acompañada, nuestro cuerpo es un campo de batalla y nosotras elegimos como ganarla.
Amar el cuerpo en el que voy a estar el resto de mi vida. Y correrme del gusto.
ES muy necesario, he inclusive para nuestra salud, científicamente es comprobado que disminuye la enfermedad de la próstata en el hombre, en vista de que no obstruye las vias urinarias
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