sábado, 12 de enero de 2013

en tu opinión



Estoy loca, o irritable, susceptible, incluso hipersensible.
El gran clásico de la regla, o influenciada por algo, lo que sea.
Deprimida, nerviosa, enfadada o embarazada.


En muchas conversaciones se encuentran "razones" para desautorizar 
mis criterios, mis opiniones o mis argumentaciones,
y gran parte de esas excusas las encuentran en mi emocionalidad,
en la emocionalidad que se nos atribuye propia a las mujeres.

Y nosotras aceptamos esa posible pérdida de razón,
asumimos que estamos influenciadas,
y lo que es peor, asumimos que la influencia de nuestras emociones es negativa.
¿De dónde viene lo que creemos de nosotras mismas?

Conectar con la parte irracional de nuestro cuerpo y comprenderla 
no nos hace carentes de razón, sino que nos hace poderosas; 
adquirimos más sensatez en nuestros juicios porque son más completos. 

El mundo se nombra en masculino y el concepto de verdad también,
nunca se intenta que la verdad sea completa ni llena de sensaciones,
al revés, la pelan todas las mondas hasta que queda ella, la palabra, 
la OBJETIVIDAD.

Y a parte de no ser perfecta, ni real, es aburrida.



4 comentarios:

  1. Me encantó esta entrada!!!! VIVAN LAS MUJERES!!!! y bendita regla :)))))

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  2. Además, ¿a estas alturas quién se cree esa de que la razón está exenta de emociones?

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  3. Muy breve pero al hueso.
    Cuando me desplazo e inter-actúo con diferentes microsocializaciones (espacios, encuentros y momentos cotidianos) uno como mujer se topa con esto. Con el juicio lapidario respecto de las emociones.
    Sin embargo, incluso la dicotomía que nos convoca, es creada por la historiografía masculina.
    Es desde la emoción cómo me he comprendido a mi misma, desde los colores que tienen esas emociones, sus tonos e intensidades, desde sus tabues y resonancias en el cotidiano.
    Pasa que la emoción es otro el modo de conocer que no es con los ojos, sino con el tacto, un tacto que tiene el poder de ponerse en el lugar del otro desde el dolor y el placer. Comprender así, requiere de mucho diálogo entre nosotras las mujeres para hallar prácticas que nos hagan comprender el dolor y prácticas que nos hagan comprender el placer. Nuestro saber más ancestral como mujeres tiene que ver con eso!
    Nada requiere más vida interior que el conocerse a uno misma, conocer el dolor propio y del otro compasivamente y conocer el placer del otro y de uno misma libremente!

    Saludos estimadas.
    Aprovecho de dejarles convocatorio: http://hilodelpruir.blogspot.com/p/convocatoria-de-arte-correo-mi-trazo.html

    Un abrazo fraterno.

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